No es novedad que la tecnología llegó para quedarse. Pero sí es novedad que la innovación está llegando a terrenos que jamás habíamos imaginado. Hace pocos años que la industria de la moda se ha planteado hacer uso de las herramientas tecnológicas para crear productos sin precedentes: la ropa inteligente.
Ya sea por salud, por entrenamiento, por preservar el medioambiente o por entretenimiento, los motivos son tan amplios como diversos. Desde sensores para analizar la pisada para detectar patologías, hasta sensores en una camiseta que miden la frecuencia cardíaca, o, incluso, un vestido que cambia de colores como desees. La tecnología aplicada a la industria textil no tiene límites.
En el ámbito artístico, está dando sus primeros tímidos pasos para desarrollar vestuarios inteligentes para bailarines. Pero, no nos adelantemos; primero lo primero: ¿qué son los tejidos inteligentes?
Tejidos inteligentes: el núcleo de la moda tecnológica
Diseñados con sensores, microchips, luces LED, fibras conductoras y otros componentes tecnológicos, los tejidos inteligentes permiten crear prendas interactivas y responsivas, que recopilan información y datos valiosos de quién las usa.
Sin necesidad de costuras, los tejidos inteligentes pueden convertir una prenda de vestir en una pantalla interactiva, un rastreador de actividad física o, incluso, responder a estímulos externos como cambios de temperatura.
Tecnología “vestible” para bailarines
En el sector artístico y, sobre todo, de la danza, los tejidos inteligentes cobran mucho sentido ya que no sólo aportan un look futurista, sino que permiten generar efectos visuales, gracias a la incorporación de luces LED y otros elementos que terminan de generar un efecto visual que complementa la coreografía.
De esta forma, los vestuarios inteligentes abren un nuevo abanico de posibilidades creativas para los bailarines, coreógrafos y escuelas de danza. Las telas inteligentes permiten dar lugar a un espectáculo totalmente disruptivo, no sólo para los bailarines, quienes las visten y dan lugar a una expresión artística nunca antes vista, sino también para los espectadores que disfrutarán de una experiencia única.
Algunos ejemplos de estilos de baile que ya incorporan este tipo de vestuarios son el ballet - como la última edición del We Call it Ballet en Valencia - y el flamenco.
Además, los vestuarios y trajes hechos a partir de tejidos inteligentes resultan más cómodos y mejoran el rendimiento de quien baila. Por un lado, proporciona mayor transpirabilidad, lo que ayuda a regular mejor la temperatura corporal durante la performance; y, en algunos casos, las telas están diseñadas para absorber sudor, para mantener al bailarín seco y cómodo.
Por otro lado, mejora significativamente el rendimiento de los bailarines al proporcionar una tela ergonométrica, con soporte anatómico en ciertas partes del cuerpo, incrementando la posibilidad de movimiento fluido y evitando lesiones.
Eso no es todo. Como les mencionamos al inicio del artículo, las telas inteligentes no sólo se limitan a usarse en el sector de la danza, sino que, también, se usan en el ámbito deportivo, sostenible e, incluso, sanitario. Si os interesa profundizar más, os compartimos una nota interesante sobre este tema.
La fusión de la tecnología con la moda ha dado lugar a un sinfín de posibilidades, no sólo creativas y disruptivas, sino también, juegan un papel fundamental para el cuidado del medioambiente y el cuidado de las personas. Para el sector artístico, esta alianza irrumpe gratamente para transformar el fabuloso arte de la danza en una experiencia innovadora y jamás antes vista. Y tú, ¿te atreverías a probarlas? 🤩